Todos soñamos un mundo en el que no haya sufrimientos y en el que todos, seamos iguales, ante todos. Sin esclavitud, sin guerras, solo con respeto, el uno por el otro ¡Sé que es mucho pedir y, parece no ser más que una utopía que nunca llegará! Pero si todos nos diéramos cuenta de que con amor las cosas pueden ser mejor, el mundo sería diferente.
Esta fotógrafa, Anna Larson, una fotógrafa de Olympia, Washington DC, Estados Unidos, se dio cuenta de esto, luego notar el increíble lazo de amor que tienen sus dos hijas adoptivas.
Ambas son de partes opuestas del mundo, y fueron puestas juntas en su casa. Estas hermanas, se aman de una manera tan increíble que es digna de ser retratada….
Anna, Comenzó A Tomar Fotografías De Ellas Hace Dos Años Y, Con El Tiempo Su Hermosa Conexión Ha Florecido En Una Increíble Amistad. Cada Una Tiene Una Personalidad Muy Diferente Pero Son Iguales En Muchos Aspectos, Por La Complicidad Entre Ambas.
Ella, Las Adoptó A Ambas Y Ahora, Son Inesperables. Semenesh Y Heaven, Son Sus Nombres.
Adoran Hacer De Todo Juntas, Sus Diferencias En Cuanto A Sus Personalidades No Las Separan, Al Contrario, Las Unen.
Después De Estos Años Siendo Su Madre, Anna Comenta Que Se Ha Dado Cuenta, Que En Realidad No Es El Color De Piel, Lo Que Nos Hace Diferentes Y Causa Separaciones, Sino La Falta De Unidad Como Seres Humanos.
Porque, Tal Como Ocurrió En El Caso De Sus Hijas, Cuando Las Personas Crecen Juntas, Las Similitudes, Comienzan A Aflorar.
Estas Hermanas, Aprendieron Una Hermosa Lección, Siendo Muy Jóvenes. Lecciones Que Todo Ser Humano Debería Aprehender En Lo Más Interno De Su Ser.
Créditos: boredpanda
¡Estas son historias dignas de ser compartidas! El amor, es solo el remedio y la cura, para nuestros problemas. Si todos pusiéramos un poco más de nuestra disposición, para amar y respetar, el mundo sería muy diferente.
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