Hace pocos días en Ben Guerir, Marruecos, una joven de 17 años se quemó dos días después. Ella había sido violada y chantajeada con publicar el video en internet de su agresión sexual que fue llevada a cabo por 8 hombres.
Por más increíble que parezca, la justicia le otorgó la libertad condicional a los involucrados, medida que habría sido tomada debido a “presiones de personas influyentes”. ¿Qué otra opción podría tener Jadiya?
Esto ocurrió hace menos de un mes, el pasado mes de Julio. Hoy 17 de Agosto del mismo año, un nuevo caso de violación vuelve a estremecer Marruecos. Esta vez se trata de un niño de tan solo 14 años, cuyo nombre no ha sido revelado todavía, que ha sido violado por un adulto y dos jóvenes en la azotea de un barrio acomodado de Casablanca; en la capital de Marruecos.
Cuando ya estaban en la azotea, neutralizaron al menor para desnudarlo y violarlo, y no conforme con eso, grabaron todo el acto. Luego estos tres desalmados, amenazaron al menor con publicar el video si contaba algo de lo sucedido y sino entregaba dinero a cambio. El niño atemorizado no contó nada a sus padres y prefirió callar.
Lamentablemente, no todo termino ahí.
Dos días después uno de los agresores toco la puerta del niño, fingiendo pedir un vaso de agua, el niño engañado se encontraba solo y luego tras abrir la puerta, el maleante se abalanzó sobre el menor, abusando nuevamente de él y volviendo a grabar el hecho. Sin embargo, esta vez el niño tuvo el valor de contarle a su madre lo sucedido ese mismo día. Enseguida acudieron al hospital, y el niño luego de los chequeos y al revisar su estado de salud, le fue otorgado un certificado de 21 días de incapacidad para la víctima.
La madre de la víctima, hizo la correspondiente denuncia y dos de los tres agresores ya se encuentran detenidos, mientras que el tercero sigue huyendo de la justicia.
Es una vergüenza que sigan libres monstruos como estos, no merecen el calificativo “humano” ¿Por qué a veces será tan difícil hacer justicia? Esperamos que este caso no salga impune como el de Jadiya.
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