El bebé Harry, de 8 meses de edad, lo llevaron al hospital por sus papás Louise y John Donne porque estaba enfermo de lo que pensaban era un resfriado común.
Su piel estaba cubierto de erupciones púrpura y más tarde le diagnosticaron meningitis en una etapa muy avanzada.
Por desgracia, los médicos no pudieron hacer nada para salvar su vida y Harry murió en brazos de sus padres.
Su cuerpo se inflamo y se cubrió con alarmantes erupciones, tan hinchado que el tamaño prácticamente se duplicó y su rostro estaba transformado.
Todo esto a consecuencia de una meningitis que lo invadió y dejo devastados a sus padres.
Los padres aún no se recuperan del impacto por la muerte de Harry y tan solo un día después de haberlo diagnosticado con meningitis cuando pensaron que solo se trataba de un resfriado común.
Terminaron sorprendidos por lo rápido de la enfermedad que dejó estragos frente a sus ojos.
La pareja tuvo que tomar la dolorosa situación de desconectar a Harry después de que los médicos le dijeron que su cerebro estaba completamente dañado después de la infección y que podía sufrir un ataque al corazón. Un padre fue a bendecirlo y fue desconectado.
Su madre se resistía a desconectarlo hasta que finalmente tomaron la decisión y el bebé murió en sus brazos.
La familia dio un valiente paso al compartir las desgarradoras imágenes del momento de la muerte de Harry para que todos conocieran la enfermedad
Después de la muerte de Harry, sus padres han volcado sus fuerzas a crear conciencia sobre la enfermedad
“Fue mi peor pesadilla hecha realidad. Se siente como si hubiera estado en un mundo paralelo después de su muerte. Toda mi percepción de la vida cambió. Nos resulta difícil cada día. No se puede describir la pérdida de un hijo. No hay nada que se le parezca. Fue surrealista. Las semanas después de su muerte son difíciles de recordar”.
Louise y John Donne a Mercury Press
