La muerte llega cuando menos lo esperamos, de forma inesperada puede quitarnos la posibilidad de seguir viviendo, de seguir cumpliendo nuestros sueños y es que estamos tan sumergidos en el diario vivir con nuestras actividades que cuando nos detenemos a pensar en lo frágil de la vida, probablemente hay muchas cosas que nos arrepentiríamos de no haber hecho o haber hecho mal. Esta enfermera tuvo que convivir con muchos enfermos terminales, a quienes la muerte les dio tiempo de irse preparados. Y estas son las cosas que ella comenta que son las más comunes de las que estas personas antes de partir se arrepienten más.
“Debí haber vivido una vida más fiel a mis sueños que a lo que esperaban de mí”
“Ojalá no hubiera trabajado TAN duro”
“Me arrepiento de no haber expresado más mis sentimientos”
“Debí haber mantenido más contactos con los verdaderos amigos”
“Me hubiera gustado haber sido más feliz”
(Fuente: Bronnie Ware)
Cuando estamos tan vulnerables como en el lecho de nuestra muerte parece que finalmente todo lo que los demás pensaban de nosotros o querían de nosotros, deja de ser importante. Queda como prioridad las relaciones con quienes amamos y la relación con nosotros mismos, nuestra libertad, nuestros sueños, nuestra felicidad. No esperes a ese momento para amar la vida.
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