Eugene Finney, de 39 años se encontraba, de vacaciones junto a su familia, en las plahyas de California. Y, como si nada, mientras se relajaba en el mar junto a su hija, Temple, de 10 años, él recibió un fuerte y doloroso golpe en la espalda.
Lo describe, como si hubieran sido una tonelada de ladrillos cayendo sobre su espalda. Tras el golpe, se hundió en el agua pero hizo todo lo posible por salir a flote y llegar a la orilla de la playa. Fue en ese momento, que se dio cuenta de que estaba sangrando.
Solo después, se dio cuenta de que lo que lo atacó, había sido un tiburón. Pero este ataque…le salvó la vida.
Después De Este Extraño Golpe, Se Reunió Con Su Novia Emeline Y Sus Hijos. Quienes Estaban Alarmados, Por La Espalda Sangrante De Su Padre Y, Luego Se Dieron Cuenta De Que Habían Tiburones En La Playa.
Al Volver A Casa, El Dolor En La Espalda Era Mucho, Por Lo Que Fue Al Doctor Quienes Solo Le Dijeron Que Era Un Poco De Hinchazón Y Nada Más. Sin Embargo, Tras Hacerle Algunos Exámenes, Se Dieron Cuenta De Otra Cosa.
Eugene, Tenía Un Tumor En Un Riñón Y Era Maligno. Pero, Como Fue Encontrado A Tiempo, Fue Extraído Y Su Cuerpo, Se Encuentra Limpio. Incluso, Sus Médicos Afirman Que Es Improbable Que El Cáncer Regrese.
Luego De Pensar Toda La Situación, Eugene Afirma Que Lo Que Le Sucedió Fue Un Llamado De La Madre Naturaleza, Pues Probablemente De No Ser Por El Ataque No Se Hubiera Dado Cuenta A Tiempo De Su Cáncer.
“Si Viera A Ese Tiburón, Le Daría Las Gracias Y Un Abrazo”, Comenta. Porque Fue Él, El Que Le Salvó La Vida.
Créditos: dailymailuk
¡Una extraña noticia! Pero las cosas siempre pasan por algo, ¿no? Él, tuvo una gran suerte…
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