Si alguien te dice que existe un método llamado “doll therapy” o terapia con muñecas, vas a pensar que es simplemente el invento loco de alguien. Suena extraño pensar en abuelas jugando con muñecas para aliviar su soledad. Sin embargo, los prejuicios en cuanto a esto no pueden estar más equivocados. A medida que leas y veas las imágenes de este distinto tratamiento, más maravillado vas a quedar.
La terapia con muñecas no tiene que ver con la soledad de los mayores, sino con las enfermedades degenerativas como el Alzheimer y, en especial, con la demencia.
La creadora de este original método terapéutico es Anne Burnnet, directora del The Limes Care Home, un centro de enfermos con demencia en EE.UU., quien explica que todo surgió fruto de la casualidad. “Los pacientes con demencia suelen vivir episodios de regresión al pasado, en los que confunden sus antiguos recuerdos con el presente. Durante estos episodios, se suelen encontrar muy desorientados y agitados si se les intenta traer al presente.
“Una vez, estuve trabajando con una mujer mayor que había perdido un hijo cuando era joven y siempre acababa llamando a gritos a su bebé. Preguntando por él, sufriendo por él”
“Un día, le dimos un oso de peluche durante uno de sus episodios y se calmó. Lo más impresionante es que desde entonces se sentía tranquila y feliz. Poco a poco, comprobamos que lo mismo ocurría con otros pacientes, fueran hombres o mujeres”
Cuando la Universidad de Newcastle comenzó a estudiar a fondo el fenómeno, se sorprendieron al comprobar que existían más casos.
Al final, resultó ser un recurso no institucionalizado. Los cuidadores y familiares oían hablar de ello y decidían probar suerte, con la esperanza de ofrecer algo de alivio a sus familiares con demencia. Los resultados hablan por sí mismos.
Caroline Baker, jefe de calidad y atención a la demencia en el Four Seasons Health Care, explica: “La gente se queda sorprendida y, en algunas ocasiones, hemos tenido familiares que cuestionan el método, por lo que nos aseguramos de explicarles el impacto positivo que tiene. La mejor manera de hacerlo es que nos visiten y vean la paz que se respira cuando juegan y cuidan de los muñecos”.
“Incluso los profesionales médicos y el personal de atención mostraron preocupación al principio, comentando que el uso de muñecos era infantil y totalmente degradante. Unas semanas después, los beneficios eran claros. Los pacientes habían reducido sus comportamientos erráticos, estaban más calmados y mejoraban la comunicación y el habla al interactuar con sus muñecos y con otros pacientes”.
Los acunan en silencio, les hablan, los cuidan, visten y cambian de ropa, cantan y juegan con ellos, todo con delicadeza, mimo y esmero.
Y todo esto se traduce en un beneficio para ellos, mejorando su capacidad motriz, su humor y su pensamiento. Animada por las historias sobre las terapias de muñecas, Maxine Daniel decidió entregarle una a su “nana” Lilly.
(Fuente)
Su abuela llevaba meses mirando al vacío y marchitándose poco a poco, por lo que probar a entregarle una muñeca no podía hacer mucho más daño. Sin embargo, Maxine confiesa que no esperaba esta reacción cuando le entregó la muñeca. Su cara de felicidad y el cambio de actitud, impresionaron y emocionaron a la familia. Sin duda, un método poco tradicional, pero con efectos hermosos. No debemos abandonar a nuestros abuelos.
Comparte esta emotiva nota con otros, todos tenemos un abuelo a quien hacerle más agradable la vida ¡lo merecen!
