Este Anciano Llega A Una Residencia Tras La Muerte De Su Esposa. Su Reacción Es Impactante

Todd es un anciano de 92 años, bajito y de buena presencia que se mudó a una residencia de ancianos, tras perder a su esposa de 70 años, quien fuera su compañera de vida. Las circunstancias de la vida le obligaron a dejar su hogar y mudarse a un lugar menos acogedor donde pasar sus días.

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Tras esperar en el vestíbulo de la residencia de ancianos, el hombre sonreía a todas las enfermeras y el personal que pasaban, hasta que por fin le avisaron que su habitación esta lista. A paso lento y ayudado de su bastón, miraba todo su alrededor, escuchando atentamente la descripción y explicación de la cuidadora que lo acompañaba. Luego de un rato declaró: “Me gusta mucho” con un entusiasmo poco conocido entre las funcionarias de la residencia.

 

  • “Señor Todd, ni siquiera ha visto su cuarto. Espere un momento que enseguida llegamos” le dice la enfermera, amablemente.

 

  • “¡Paparruchas! La felicidad es algo que elijo por adelantado. Que me guste no tiene nada que ver con el mobiliario o la decoración, más bien depende de la forma en que yo decido verlo. En mi mente ya he decido que me gusta mi habitación. De hecho es una decisión que tomo cada mañana cuando me despierto.

 Cada día es un regalo y siempre que pueda volver a abrir los ojos, mi pensamiento se centrará en la felicidad y todo lo bueno que he construido en la vida. La vejez es como una cuenta bancaria. Solo puedes retirar lo que has ido depositando a lo largo del camino”.

 

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La cuidadora tomó las palabras del anciano como un claro consejo: “deposita toda la felicidad que puedas en tu cuenta bancaria del recuerdo”.

 

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