Este es el caso de Noah wall, un niño de hoy 4 años de edad y que se ha convertido en una prueba fehaciente de que los milagros médicos realmente existen.
El equipo del hospital creyó que el pequeño ni siquiera sobreviviría fuera del útero y nació con un daño cerebral tan severo que se puede decir que esencialmente nació sin cerebro.
Su madre Shelly tenía solo 3 meses de embarazo cuando los médicos le diagnosticaron espina bífida, una condición en la que la médula no se desarrolla correctamente.
Y casi al mismo tiempo de ocurrir esto, se dieron cuenta que Noah tenía hidrocefalia, un niño que nace con una cabeza muy amplia, Noah acumulaba líquidos en su cerebro.
Este fluido le causó un daño profundo que evitó que los tejidos cerebrales se desarrollaran.
La hidrocefalia había matado casi el 98% del tejido en el pequeño, dejándolo prácticamente sin cerebro, los médicos le dijeron a los papás que se prepararán para lo peor.
Noah se desarrolló con solo el 2% del funcionamiento cerebral, aún cuando los médicos no le daban muchas esperanzas, el niño seguía desafiando todas las expectativas.
De hecho, su cerebro “volvió a crecer” de todas las partes que habían sido afectadas por la hidrocefalia, aunque su desarrollo es más lento que el promedio de un niño de su edad.
Noah reía, reaccionaba a estímulos y aprendió a hablar, y los médicos no pueden explicar lo que sucedió.
Scanners cerebrales de Noah, uno al nacer y otro a los 3 años de edad.
Noah está a punto de cumplir 5 años y va a la escuela y es un niño feliz, se divierte jugando cada día y no para de sonreír.
Está paralizado de la cintura hacia abajo debido a la espina bífida, es muy probable que en su vida siga teniendo muchas cirugías como las ha habido hasta ahora, pero sus padres son sus mayor pilar, ellos esperan que con rehabilitación logre caminar.