Niño De 5 Años Soñaba Con Conocer A Santa Cuando Finalmente Lo Hace, Muere En Sus Brazos

En muchos países se ha vuelto costumbre que Santa Claus aparezca y reciba los pedidos de navidad de los pequeños, estos emocionados de conocerlo, piden sus regalos.

Eric Schmitt- Matzen sabe muy bien de ello y a sus 80 años trabaja vistiéndose como santa Claus para cada navidad y así cumplir el sueño de muchos niños que quieren hablarle y abrazarlo.

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Un día Eric recibió una petición especial que lo llevó directamente al hospital.

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Una enfermera lo llamó pidiéndole que acudiera al hospital a ver a un niño de 5 años con una enfermedad terminal, el cual soñaba con conocer a Santa Claus, debía ser urgente, ya que al pequeño no le quedaba mucho tiempo.

Cuando llegó al hospital, la madre del pequeño le entregó un juguete para que se lo entregara como regalo, el ambiente era de mucha tristeza y Eric advirtió a la familia que debían dejarlo solo si querían que cumpliera su labor y les dijo: 

“Les dije a todos: ‘si creen que no se controlarán, por favor salgan. Si los veo llorar me quebraré y no podré hacer mi trabajo”.

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Una vez que los padres finalmente salieron de la habitación, Eric entró y vio al pequeño muy frágil y cayó en cuenta que estaba listo para dormir, así que se sentó en su cama y le preguntó que si era cierto que extrañaría la navidad, y continuó diciéndole que no podía perdérsela porque sería su ayudante principal. 

El pequeño lo miró, y antes de tomar el regalo que apenas y pudo abrir, le contó a Eric que iba a morir.

“-Dicen que moriré. ¿Cómo puedo saber dónde iré cuando me vaya?

-Cuando llegues ahí les dirás que eres el ayudante principal de Santa y sé que te dejarán entrar”. 

El pequeño abrazo a Eric y le preguntó: “Santa, puedes ayudarme?” estas fueron sus últimas palabras.

Eric siguió abrazándolo y luego los padres del pequeño, que miraban por la ventana de la habitación, notaron lo que había pasado, el pequeño se había ido. 

Eric dejó la habitación para dejar a su familia con el pequeño, se fue rápidamente y la pena lo embargó, al punto que no pudo dejar de llorar durante todo el camino a casa.

Su pena fu tal que se cuestionó el hecho de seguir trabajando como santa, pero luego recordó que ver felices a miles de niños era el motivo por el que lo hacía.

Eric es consciente de que cumplió un sueño a un niño y aunque fuese en sus últimos momentos, el se marchó feliz.

 

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