Este pequeño perro conmoverá tu corazón, con una historia de discapacidad, pero amor y superación al mismo tiempo. Su nombre es Smiley y combina muy bien con su forma de ser porque es un perro muy amigable que le puede alegrar el día a cualquiera. Tiene un rostro muy feliz, aunque este perro de nueve años no tuvo un comienzo fácil. Nació sin sus ojos y tuvieron que coserlos para prevenir infecciones. Nació en una cajuela para perros y luego fue adoptado por una familia cariñosa. Ahora se ha convertido en un perro terapéutico.
Smiley comparte su contagiante felicidad con pacientes deshabilitados y enfermos mentales.
Algunos de los pacientes nunca sonríen, excepto cuando ven a Smiley.
Él tiene este adorable hábito de presentarse a todos dando la pata.
¿Cómo no podrías enamorarte con este rostro?
Cuando él juega con las personas suele golpearse levemente pero le encanta andar detrás de uno.
Smiley reconoce los talones y la voz de Joanne. El sonido de sus pies le ayuda a saber si hay otro obstáculo en el camino.
Joanne adoptó a Smiley desde que tenía dos años de edad. Lo llevó a casa y ahora es un miembro honorable de la familia.
Tiene la gran ventaja de que Joanne es entrenadora de perros.
Hay otros perros como Smiley esperando ser adoptados por personas como Joanne quien le dio su amor incondicional. Una segunda oportunidad, a pesar de no haber podido nacer en perfectas condiciones como otros perros, pero con un amor por entregar, más que cualquier otro.
Si te gusto esta historia, compártela con tus amigos.